Ponente: Nhoa Pereira

Se celebró en la sede de la Asociación Justicia y Dignidad Social de Canarias (AJDSC), sita en la calle Bernardo de la Torre 106 en Las Palmas de Gran Canaria, siendo recibidos por su primer Presidente D. Luis Rosales Medina.

La charla la impartió Doña Anhoa Pereira, una joven interesada en el tema de Protección de datos, al tenerlo que aplicar en su empresa de Tatuaje y siendo grabada su intervención gracias a la ayuda de Alex de “Ciudadanos Cabreados”.

Comenzó a las 18.30 h y finalizó a las 20 h con debate incluido que se hizo corto por las intervenciones sobre la casuística que hay alrededor de dicha Ley.

Nhoa hizo un repaso por los puntos más relevantes de la “Ley Orgánica 3/2018 de 5 Diciembre de Protección de Datos y garantías de los Derechos digitales”.

La ley tiene sus aspectos positivos porque defiende los derechos y libertades de las personas, aunque en otros temas no es tan positiva y en algunos de ellos predomina la ambigüedad.

Así explicó que el Art. 9 es muy importante porque habla de que aunque “el interesado de su consentimiento, no bastará para levantar la prohibición del tratamiento de datos cuya finalidad principal sea identificar su ideología, afiliación sindical, religión, orientación sexual, creencias u origen racial o étnico”, de acuerdo con el art. 9.2 a) del Reglamento (UE) 2016/679.

Luego, cualquier tratamiento de datos referidos a lo señalado antes, debe estar amparado en disposiciones con rango de Ley.

Así, todos los datos de condenas e infracciones penales están amparados igualmente por una Ley, como lo está en el derecho europeo.

La Ley contempla los casos excepcionales donde se puede divulgar los datos personales, pero los acota para producir los mínimos perjuicios.

Nhoa explicó que las preguntas, cuando alguien requiere nuestros datos, deben ser cortas y precisas.

En la práctica las empresas como cualquier organismo público que maneje Datos Personales, debe tener un responsable de la confidencialidad de los datos y de su custodia, para que no estén al alcance de cualquiera.

Así comentó que es ilegal que en comercios o restaurantes exijan certificados COVID, como lo es la medición de temperaturas, porque solo el personal sanitario está capacitado para hacerlo y en el caso de las temperaturas, obrar en consecuencia, pues hay diferencia entre las temperaturas de personas sanas.

Continuamente salta a la opinión pública el robo de datos personales para su tráfico ilícito y el enriquecimiento del ladrón correspondiente y de las empresas que se dedican a distribuirlos a otras empresas para dar a conocer los productos que fabrica o comercializa.

Algunos asistentes comentaron los casos de que al entrar en determinados comercios eres detectado por el móvil en el que tienes instalado alguna App ligada al establecimiento comercial y cuando sales del mismo,  te envían información y algunos ingenuos decían que casualidad…

Otro comentó que ya hay tecnología para con cámaras detectar las personas a través del iris y seguirle la pista en su recorrido, gracias a la geolocalización,  y saber lo que hace, y por lo tanto lo que consume.

Otro asistente expuso que los datos en bruto de todos nosotros, forman un primer nivel que parece que no identifica a nadie y a nada, pero que ya en otro nivel hay empresas que accediendo a esa base inmensa de datos, son capaces de extraer lo que le interesa a otras empresas las cuales pagan por esa información, existe otro nivel más sofisticado donde los datos personales de cada uno pasan siempre a manos de los servicios secretos para hacer lo que los mismos persiguen, que no siempre es estar al servicio del bien común.

Sin ir más lejos, basta recordar lo que se está poniendo al descubierto con el caso Villarejo, para entender que los servicios secretos españoles han jugado a veces en un terreno que no es para el cual se habían creado, pero lo que se ve esa tentación la tienen también otros servicios secretos extranjeros, que a veces nos enteramos porque alguien desde dentro filtra información, bien para hacer el bien, si se conoce el mal que algunos hacen o para sacar tajada de dicha información de los medios o de los afectados, que de todo hay.

Recordemos el caso de un empleado de un banco suizo que se hizo con la información de europeos que tenían cuentas secretas al fisco de sus países de residencia. Consiguió vender la lista de alemanes con dichas cuentas por un buen número de millones de euros a Alemania, siendo cerca de mil los alemanes que lo tenían oculto.

Ángela Merkel les dio un plazo para regularizar esas cuentas, previo pago de una buena multa y una parte no accedieron y se habrán escondido en otro país. El gobierno alemán hizo un buen negocio, pues recuperó varios miles de millones controlados a partir de la regularización, y el importe de las multas pagadas le habrá compensado la mordida que tuvo que pagar para hacerse con la lista de defraudadores. De nada sirvió que el banco suizo dijera que los datos habían sido obtenidos de forma ilegal, Alemania actuó a su conveniencia, como suelen hacer los grandes países.

Otro asistente expuso que todos nosotros usamos alguna o varias redes, y que normalmente casi nadie se molesta en leerse las condiciones de usar esas aplicaciones y lo que implica, luego estamos autorizando lo que ellos te dicen que pueden hacer con tus datos personales.

En este punto, la ponente Nhoa comentó que ella después de que se ha enterado cómo funcionan las empresas de comunicaciones, en su móvil ha desactivado todas las aplicaciones y a nada le da el consentimiento.

También se recordó que todo empezó aceptando las cookies y eso ha ido avanzando, con lo cual los miles de millones de datos de gran parte de la humanidad están a disposición de grandes consorcios, que través de las nuevas tecnologías y el “Big data”, emplean la inteligencia artificial y a través de algoritmos que se han ido sofisticando, han servido para localizar tanto a terroristas como a personas corrientes, que optan por una u otra opción política o por cualquier historia que le interese a una empresa.